Para mantener una buena salud visual, es indispensable realizar una revisión oftalmológica de forma periódica. Existen muchas patologías difíciles de detectar, y más aun de diagnosticar, pero que, si se logra en sus estadios iniciales, pueden ser tratadas e incluso curadas. Según la OMS, el 80% de los casos de ceguera son evitables con la prevención o tratamiento.

La mejor manera de prevenir los problemas en nuestra vista es acudiendo a las revisiones anuales.

¿A qué edad debemos hacer las revisiones?

  • De 0 a 3 años: Durante este tiempo, la visión del niño debe ser revisada por el pediatra, pero si se detecta lagrimeo y enrojecimiento, desviación de uno de los ojos, anomalías en los párpados o cualquier síntoma extraño, siempre es recomendable la visita al especialista.
  • De 3 a 6 años: En torno a los tres años, es recomendable realizar la primera revisión oftalmológica completa. La detección temprana de problemas de visión puede evitar complicaciones y, además, problemas de aprendizaje futuros.
  • De 6 a 10 años: El sistema visual del ser humano va evolucionando poco a poco, pero no es hasta los 8 años cuando la vista se desarrolla por completo. Detectar patologías como la ambliopía, antes de esta edad, es importante para determinar un tratamiento efectivo.
  • De 10 a 40 años: Durante la adolescencia y la edad adulta es recomendable acudir al oftalmólogo cada dos años. Si se es usuario de gafas o lentillas, las revisiones deben ser anuales, para poder prevenir y frenar complicaciones futuras en la visión.
  • De 40 a 60 años: A partir de esta edad se desarrollarán los primeros síntomas de presbicia. También es importante revisar si existen elevaciones de la presión intraocular que pudieran provocar glaucoma.
  • Más de 60 años: Las revisiones deben ser anuales para detectar posibles complicaciones en la visión propias de la edad. La catarata, la maculopatía senil o el glaucoma, podrían provocar disminución gradual de su visión.

¿Cuándo acudir con urgencia al oftalmólogo?

En general, el dolor, el enrojecimiento o la disminución de visión, son síntomas que nos deben poner en alerta. Las lucecitas, destellos o moscas volantes repentinas, o si se ha sufrido un traumatismo directo sobre los ojos, párpados o región periorbitaria, deben hacernos acudir al servicio de urgencias.