¿Percibimos las personas los colores de la misma forma?

La retina de un ojo normal tiene tres tipos de conos, que son las células sensibles a la luz. Lo más frecuente es que el ser humano sea «tricromático», es decir, capaz de ver todas las combinaciones resultantes de los tres colores primarios: verde, rojo y azul.

La retina del ojo humano estándar tiene tres tipos de conos, que son las células fotosensibles que se encargan de captar la información cromática que posteriormente se enviará a través de los canales nerviosos hasta llegar al cerebro. Cada uno de estos conos puede procesar cien informaciones cromáticas diferentes. Al combinarlas entre ellas ofrecen hasta un millón de colores para nuestro cerebro. Sin embargo, existen personas con tetracromatismo, que tienen también un cuarto tipo de cono que les permite percibir distintas variaciones para cada uno de los colores que percibe un ojo normal.

No podemos descartar que haya hombres con tetracromatismo, aunque se cree que es una condición exclusiva de las mujeres, basándose en el hecho de que los genes responsables de los conos rojos y verdes se encuentra en el cromosoma X y, como las mujeres tienen dos de estos cromosomas, existen más probabilidades de que tengan dos versiones distintas de esos genes y tengan los cuatro tipos de cono del tetracromatismo.

En este sentido, existen tres tipos de visión.

  • Dicrómata. Son personas con sólo dos sistemas de conos funcionales, que pueden padecer protanopía, deuteranopía o tritanopía, según cual sea el tipo de conos no funcional. El 2% de los hombres y en torno al 0,25% de las mujeres tienen visión dicrómata.
  • Tricrómata. Es la condición que presenta la mayoría de las personas. Se caracteriza por tener tres tipos de conos que permiten ver los tres colores primarios.
  • Tetracrómata. Debido a una mutación en el gen que contribuye al desarrollo de la retina, las personas con tetracromatismo presentan cuatro conos de visión. Distinguen más variaciones y matices del color de las que percibe el ojo normal. Pueden ver colores que son invisibles para la mayoría.

Animales como el pinzón cebra o los peces de colores tienen un cuarto cono, pero ha sido más difícil probar esta condición en personas. No es hasta hace algo más de 20 años cuando la comunidad científica empezó a argumentar que podía darse en seres humanos.

 

Instituto Oftalmológico Bilbao