Después de las siempre cortas vacaciones, no está de más que repasemos algunos conceptos sobre los hábitos adecuados cuando trabajamos delante de un ordenador.

Se ha comprobado que más de un 50% de las personas con un trabajo de oficina, es decir, ordenador más ambiente climatizado, padecen sintomatología ocular: pesadez en párpados y ojos,  ganas de parpadear o tener los ojos cerrados, quemazón y sensación arenilla o incluso pinchazos.  Estos síntomas pueden ser debidos a diversas causas: sequedad, defectos de refracción, contrastes o resoluciones de pantalla inadecuados, etc. Vamos a verlos por separado.

SEQUEDAD OCULAR

Cuando hablamos de lágrima, todos nosotros pensamos inmediatamente en una gota. La lágrima que recubre el ojo es una película extremadamente fina y por lo tanto muy delicada. Con  un breve soplido sobre el ojo lo secaremos por completo, mientras que una gota tardaría mucho tiempo en evaporarse.

El parpadeo es una función esencial del ojo que permite que la lágrima se extienda por la superficie de la córnea y ayuda a eliminar los detritus y sustancias irritantes que se acumulan en el ojo: polvo, pólenes, etc.

Hay estudios que demuestran que la frecuencia de parpadeo normal, que es de unas 15 a 20 veces por minuto, se ve reducida hasta incluso las 5 veces por minuto cuando se está mirando a un ordenador. Al tener el ojo más tiempo abierto, damos opción a que la lágrima se evapore. Sólo con abrir los ojos fuertemente durante breves segundos, nos daremos cuenta de lo rápido que se seca la córnea y cómo vamos a sentir una sensación de molestia durante un rato. Si pensamos en  esta circunstancia durante  el horario laboral normal, es fácil de entender las consecuencias de esta sequedad.

Además la persona con ojo seco, al no tener las defensas naturales que aporta la lágrima (lisozimas, etc),  tiene una mayor predisposición a padecer conjuntivitis e infecciones más serias.

Debemos colocar la pantalla del ordenador por debajo de la línea de mirada. Esto hace que el párpado superior no esté tan abierto, con lo que la superficie del  ojo expuesta a la evaporación es menor y el ojo se seca menos. Hay que considerar que la lectura sobre un papel también disminuye la frecuencia de parpadeo, pero al tener el papel bajo los ojos, la sequedad que se produce es mucho menor. No debemos empeñarnos en leer extensos textos  como manuales en el ordenador, para esto están  los libros electrónicos que se leen de modo parecido a un libro en cuanto al a exposición ocular.

El estar bien hidratados ayuda a la producción de lágrima, sobre todo en aquellos casos en los que un exceso de aire acondicionado o calefacción provocan un ambiente seco que afectará no solo al ojo sino a la boca, garganta , etc.

Desde mi punto de vista, la instilación lágrimas artificiales, preferentemente sin  conservantes, es un hábito muy saludable y beneficioso. No hay que tener miedo a que el ojo  «se acostumbre» a las lágrimas; a lo que hay que temer es al ojo seco.

DEFECTOS DE GRADUACION

En este apartado no me voy a referir a aquellas personas con defectos de graduación conocidos y que usan gafas o lentes de contacto, con la salvedad de que lo usuarios de lentillas tienen un facto de riesgo añadido en la aparición del síndrome de ojo seco. Me quiero referir a pequeños defectos de graduación, que permiten una buena o incluso una excelente visión sin gafas, por lo que el individuo no es consciente de que hace un mayor o menor esfuerzo para ver, y tras una jornada laboral larga va tener unos síntomas debidos, más a una fatiga visual, que al hecho de estar sentado delante de la pantalla.

No existe el ojo perfecto y pequeñas hipermetropías o astigmatismos leves, pueden ser causa de un sobreesfuerzo que sólo un oftalmólogo, a veces con la ayuda de la dilatación de la pupila va a poder descubrir. Puede ser este inicio de curso el adecuado para hacer la visita al oftalmólogo que hace «tanto» tiempo que no hemos hecho.

De todas maneras, a veces se nos olvida hacer algo tan sencillo como descansar. El ojo tiene una musculatura encargada de enfocar y, lo mismo que nos cansamos de subir escaleras, estos músculos se cansan. Debemos parar cinco minutos cada hora u hora y media. Volveremos al trabajo más descansados y al final nuestro rendimiento global será mayor.

Este descanso es muy importante para evitar un síntoma muy frecuente que es el espasmo de acomodación. Cuando estamos mirando  a un punto relativamente cercano sin  interrupción, los músculos se contracturan. Esto hace que se produzca una miopía funcional, con visiones fluctuantes  y sensación de mala visión de lejos al salir de la oficina. El único remedio para eso es el DESCANSO, separándonos de la pantalla e intentando dirigir la mirada hacia un punto remoto en el infinito, de manera relajada.

 

ILUMINACION Y RESOLUCIÓN DE LA PANTALLA

El sistema visual está concebido para ver las cosas con una iluminación indirecta.  Tanto la luz natural  como la artificial se reflejan en los objetos y es precisamente este reflejo lo que nosotros percibimos. En el caso de los ordenadores, la fuente de luz es directa por lo que el ojo está expuesto a una mayor radiación de luz. No se ha demostrado que esto sea perjudicial para el ojo, pero puede causar fatiga. Este es un handicap que el ordenador va a tener siempre sobre los textos escritos en papel.

En cuanto a la resolución de la pantalla, la tendencia generalizada es poner la máxima resolución posible que nos permita el monitor, y eso implica que la letra sea más pequeña. Cuanto más pequeña es la letra, mayor esfuerzo estamos exigiendo a nuestra vista y, si tenemos algún pequeño defecto de graduación oculto, es en este momento cuando se puede poner de manifiesto. Además, para ver cosas pequeñas tenderemos a acercarnos al monitor, aumentando nuestra necesidad de enfoque y agudizando nuestro cansancio.

Debemos aprender a manejar las resoluciones y tamaños de las letras y no tener pereza de ajustarlas dependiendo de cuál vaya a ser nuestra actividad. A veces un minuto nos puede ahorrar mucho tiempo y esfuerzo.

Feliz vuelta al Cole…